viernes, febrero 22, 2008

RECOMENDADO


OBAMA, VISTO POR UN NEGRO COLOMBIANO

Daniel Mera
EL TIEMPO / CASA DE AMÉRICA
20 de febrero de 2008

¿Qué pueden aprender la sociedad colombiana y los ciudadanos negros de este país del fenómeno Obama?

En Estados Unidos, los afroamericanos son el 12 por ciento de la población; la abolición de la esclavitud llevó a la guerra civil en 1862-1865; hubo segregación racial y movimiento de los derechos civiles que la eliminó; existen dos Américas negras: la próspera y la pobre, y la identidad de raza es muy alta, lo que posibilita el poder político y, en buena medida, el poder económico (vía consumo).

En Colombia, los afrocolombianos somos el 10 por ciento de la población (quizás el 15 por ciento con un mejor censo y más autorreconocimiento); la abolición de la esclavitud llegó en 1851, porque Bolívar no pudo imponer, en 1821, su promesa de libertad por la guerra de independencia. No hubo segregación racial y tuvimos el primer ministro negro en 1876; en lugar de conflicto racial mantuvimos, hasta 1991, una idea de nación mestiza, que ignoraba a los negros; la identidad étnica es mediana y los concomitantes poderes político y económico son bajos; la clase media negra, un 20 por ciento, apenas comienza a hacer activismo por la mayoría pobre.

Las experiencias nacionales han sido diferentes: la mayor parte de la historia era mejor ser negro en Colombia que en Estados Unidos. Sin embargo, en algunas bibliotecas públicas hay afiches de Martin Luther King y Malcolm X, y no del Almirante Padilla o de Luis Antonio Robles. En buena hora, Barack Obama ha llegado para capturar la imaginación política de las sociedades con minorías negras.

La primera lección es para la sociedad colombiana. Obama es posible porque existe un "sueño americano", un ideal superior compartido de justicia y libertad al alcance de todos mediante el trabajo y el buen gobierno. Obama va ganando porque representa un nuevo liderazgo para el sueño americano. Nosotros apenas tenemos unas ideas para el sueño colombiano, sin la voluntad colectiva necesaria para lograr la civilización y, en la batalla, terminar de definir quiénes somos y queremos ser.

Las otras grandes lecciones de Obama serán fácilmente asimiladas por la gran mayoría de colombianos negros. El "Sí que podemos" de Obama nació como un "Sí puedo" cuando parecía imposible que aglutinara una "nueva mayoría nacional". Aceptar las reglas de juego más exigentes, sin quejarse. Obama no pidió que lo juzgaran con reglas diferentes.

Creer firmemente en un destino compartido sin recordar las heridas del pasado. Los blancos que votan por Obama saben que pueden confiar en él. Estar dispuestos a anteponer el interés nacional al del grupo étnico. El 80 por ciento de los afroamericanos que vota por Obama sabe que él no llegaría al poder a gobernar con criterio étnico. También sabe que es uno de los suyos, y por eso Obama no ha tenido que apelar a su color.

El color se nota, y seguro no piensa en eso durante el día. Si acaso, cuando llega a casa en la noche, con el insecticida para hormigas que le ha encargado su esposa Michelle.

Daniel Mera es miembro de la junta directiva de la Fundación Color de Colombia.

Periodista de la Revista Semana

jueves, febrero 21, 2008

RECOMENDADO

MARGEN CULTURAL

Un blog para debatir sobre cultura, historia, temas constitucionales y derechos humanos:

Su creador es nuestro amigo Francisco Barbosa. Candidato a Doctor (Ph.d) en Derecho Público de la Université de Nantes (Francia), Magíster en Derecho Público de la Universidad Externado de Colombia, Magister en Historia de la Pontificia Universidad Javeriana. Investigador del Centre d'études Régulations publiques des espaces, de l'économie et de l'environnement de la Université de Nantes.

INGRESE A: www.margencultural.blogspot.com

RECOMENDADO

EL IDIOTA MORAL EUROPEO

Edurne Iriarte

EL TIEMPO

Si nosotros, los europeos, ignoramos durante años los millones de crímenes estalinistas, también los nazis al principio, con mucha más tranquilidad hemos dado la espalda a los cientos de miles de crímenes de los terroristas colombianos. Las víctimas colombianas están muy lejos y las excusas ideológicas de los criminales muy cerca. Son las mismas que las de todos los terrorismos de extrema izquierda, las mismas que las de Eta. Algunos europeos aún las comparten y ni siquiera reconocen a los asesinos. Sospechan de las propias víctimas y de los demócratas colombianos.

Por eso hemos tardado varias décadas en salir a la calle en Europa y en el resto del mundo a decir "Basta ya a las Farc", como lo hicimos el 4 de febrero. Quienes hasta ahora hablaban en Europa eran los ideólogos del conflicto, los que sí entienden que los crímenes de los paramilitares son sólo crímenes, pero persisten en confundir los otros crímenes, los del otro terrorismo, con el conflicto.

Y luego viene el otro lado de la idiocia moral europea. Aun hace sólo una semana, una prestigiosa y respetable revista francesa de centroderecha preguntaba al Presidente colombiano por qué llamaba terroristas a la guerrilla. O si su política antiterrorista era fruto de la venganza porque su padre fue asesinado por las Farc. Preguntaba el idiota moral europeo. Desde la izquierda, llama conflicto al crimen. Desde la derecha, llama venganza a la firmeza democrática. Demasiadas aberraciones, demasiada ignominia contra las víctimas colombianas para que un día de protesta sea suficiente. Queda un largo camino para que Europa repare su deuda moral con Colombia.

miércoles, febrero 20, 2008

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EL DILEMA DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
Revista Poder

No importa cuántos millones fueron: la manifestación fue contundente. Que las FARC son inmunes a la protesta ciudadana, dicen muchos. Tal vez. No obstante, parece innegable que las FARC están considerablemente reducidas en lo militar y necesitan recuperar espacio político en el escenario internacional. Chávez se ha convertido en su salvavidas pero, no por salvarlas a ellas, dejará que lo arrastren a él.

Puede ser que las FARC no escuchen pero Chávez sí lo hará: es de esperar que empuje por más liberaciones. También es probable que, una vez liberados los civiles, las FARC insistan en un acuerdo humanitario entre lo que ellos considerarían prisioneros de guerra – militares y policías por guerrilleros presos - . Con Chávez haciéndoles eco, y algún que otro signo de respeto al derecho internacional humanitario, les parecerá menos ilusorio acceder al estatus de beligerancia.

De ahí en adelante, ¿qué? Dos posibles escenarios surgen: uno de paz y otro de guerra. En el primero, las FARC abren una negociación de paz y posicionan un candidato chavista para las elecciones presidenciales del 2010 – la revolución bolivariana por la vía pacífica – . En el segundo, la ayuda de Chávez se materializa para hacer mejor la guerra – la revolución bolivariana por la vía de armas - . ¿Le apostará Chávez a uno de ellos?