jueves, abril 23, 2009

EL FIN DEL SISTEMA INTERAMERICANO


Sucedió lo que se esperaba. Lula y Chávez trataron de convertir la Cumbre de las Américas en un foro procastrista. Obama, muy hábil y con nuevo tono, les dijo desde el comienzo lo que ansiaban escuchar pero al finalizar el encuentro dejó las cosas en el mismo punto: sin democracia y respeto a los derechos humanos no se puede aspirar a cambios radicales en la política estadounidense hacia Cuba.

El terreno se había preparado con esmero para presionar a Obama con el reclamo de levantar el embargo e incluir a Cuba en el sistema interamericano. El presidente brasileño hizo la avanzada en su visita a Washington luego de liderar, en diciembre pasado, la Cumbre de América Latina y el Caribe y el ingreso de Cuba en el Grupo de Río. Posteriormente, la Habana recibió a los presidentes de Panamá, Ecuador, Chile, Guatemala y Argentina. Y poco antes de la cumbre Chávez reunió al club del ALBA para alistar la ``artillería''.

Pero los padrinos del régimen castrista no son únicamente los gobiernos de izquierda sino también los de Alvaro Uribe y Felipe Calderón. Uribe dijo que el gobierno cubano ayuda a la paz y que ''comprende'' los ''esfuerzos de seguridad democrática''. Calderón, al referirse al ingreso al Grupo de Río, dijo que ''la presencia de este país hermano será muy valiosa para la construcción de un destino común con valores compartidos''. ¿De qué valores compartidos habla y qué aval moral significa la ''comprensión'' de una dictadura a la política de seguridad democrática?

Todo esto antoja por lo menos tres reflexiones. La primera: el ingreso de Cuba es el fin del sistema interamericano. A diferencia de lo que dice el presidente mexicano, la Cuba de hoy es incompatible con los principios y valores plasmados en la Carta de la OEA y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Desde su fundación (1948) la OEA ha sido edificada para ''promover y consolidar la democracia representativa'', garantizar ''el respeto a los derechos esenciales del hombre'' y la vigencia del estado de derecho. Cuba encarna todo lo contrario.

A pesar que la existencia de la organización coincidió con las aberrantes dictaduras de los años 70 y 80, el final de la guerra fría produjo que su principal objetivo fuera el fortalecimiento de la democracia. En 1991, el Compromiso de Santiago consagró la necesidad de procedimientos de defensa de la democracia representativa; dos años después la Declaración de Managua indicó que la OEA debía prevenir los problemas que afectan el sistema democrático. Y la tercera Cumbre de las Américas, realizada en Quebec, introdujo la cláusula democrática y dio paso a la adopción, el 11 de septiembre de 2001, de la Carta Democrática Interamericana.

¿Cómo aceptar el ingreso de una dictadura? ¿Cómo incluir un Estado que tiene como política la violación de los derechos humanos y la eliminación de la oposición democrática, el pluralismo político y la libertad de prensa? Integrar a Cuba arrasaría los principios del sistema interamericano tanto como destrozaría los fundamentos de la Unión Europea la absurda hipótesis de aceptar en su seno un país cuya organización fuera similar a la de Libia.

Segunda reflexión. Hipocresía democrática y complicidad con el régimen castrista son las reglas que rigen a los gobiernos de la región. Mientras aprueban declaraciones que aluden a la democracia representativa, el fortalecimiento de los partidos, la celebración de elecciones periódicas, libres y genuinas, abogan por un régimen que las niega.

Tercero. Es evidente que la democracia en el continente enfrenta una nueva amenaza. A la revolución bolivariana y sus conexiones con organizaciones terroristas, se adiciona la fragilidad de las convicciones democráticas de los líderes latinoamericanos. Alarma la actitud laxa y complaciente con conductas que vulneran los derechos humanos y minan la democracia representativa. En 2007 el silencio cómplice acompañó el cierre del canal Radio Caracas Televisión (RCTV) por parte de Chávez. En 2008 los gobiernos se resistieron a investigar la relación de Chávez y Correa con las FARC y ahora, con el pretendido ingreso de Cuba, se pretende acabar con el sistema interamericano.

El problema no es rechazar que Cuba se siente en la misma mesa, la cuestión es que no se puede aceptar el totalitarismo, la violación de los derechos humanos y la inexistencia del estado de derecho. Bienvenida una Cuba democrática y libre. Sólo así podría suscribir la Carta de la OEA y aceptar las obligaciones que le impone. Sería un grave error bajar el umbral actual: sin democracia, libertad y respeto a los derechos humanos no hay nada que hablar. Parece que Obama lo tiene claro.

www.rafaelguarin.blogspot.com

martes, abril 21, 2009

EL FIN DE BIG BROTHER


Foto El Nuevo Herald - MICHAEL REYNOLDS / EFE
Publicado el martes 21 de abril de 2009

Washington -- El primer viaje de Barack Obama a América Latina rompió prejuicios y esquemas que, en algunos casos, tardaron décadas en construirse. Barack Obama prometió cambios y cambios es lo que estamos viendo. En dos días el presidente de Estados Unidos ha echado a andar una política totalmente nueva hacia Latinoamérica.

Obama está dispuesto a hablar con la dictadura cubana. Eso no lo veíamos hace medio siglo. Obama saludó de mano a Hugo Chávez, a pesar de los insultos del presidente venezolano. George Bush siempre se le estuvo escondiendo a Chávez. Obama trató a México de igual a igual en la lucha contra el narcotráfico. Atrás quedó la época de las ''certificaciones'' de buena conducta de Estados Unidos al resto del continente.

Obama significa el fin del Big Brother. Como lo dijo en la Quinta Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, Estados Unidos no intervendrá en los asuntos internos de otros países de la región. Pero tampoco aceptará que le echen la culpa de todos los problemas del hemisferio. Dando y dando.

Antes de que partiera a su primer viaje a la Ciudad de México y a Puerto España, tuve la oportunidad de conversar con el Presidente en la Casa Blanca. Y, por lo que me dijo, ya se veían venir importantes cambios de política y de actitud.

''No creo que un viaje pueda cambiar una larga historia de sospechas'', me dijo, refiriéndose a la percepción generalizada de que Estados Unidos se había olvidado de América Latina por 8 años. ``Pero sí creo que podemos empezar a hacer mejoras. Independientemente de que estos gobiernos sean de centroizquierda o centroderecha, todos están concentrandos en fortalecer su economía y en mejorar las oportunidades y la educación para nuestra gente.''

El mensaje de Obama es nuevo: ``Dejemos de pelear las viejas peleas del siglo XX; ya estamos en el siglo XXI. Tenemos que asegurarnos que nuestra política exterior esté basada en el respeto mutuo y en los intereses mutuos: se acabaron los días en que Estados Unidos era el big brother y el resto de los países eran el hermano menor.''

El cambio más evidente de está nueva actitud del gobierno norteamericano es con Cuba. Obama no quiere seguir el mismo camino que los otros 10 presidentes norteamericanos que fracasaron en sacar a Fidel Castro del poder. Por eso le quitó las restricciones a los viajes y remesas de cubanoamericanos a la isla. Ahora podrán viajar y enviar todo lo que quieran. E incluso, estaría dispuesto a establecer contactos políticos y comerciales con el gobierno de La Habana.

Pero los críticos de Obama dicen que estas medidas, lejos de promover la democracia, refuerzan la dictadura. ''Ese argumento se ha hecho por 50 años y nada ha cambiado'', les respondió el Presidente. ``Así que mi actitud es que si empezamos a ver más viajes a Cuba, y si enviamos más remesas a Cuba que ayuden a las familias cubanas, entonces les vamos a dar más poder y más recursos. Con el tiempo creo que podemos cambiar la dinámica en Cuba de manera que estas medidas promuevan la libertad, el derecho a la libertad de expresión, la libertad religiosa, la libertad de viajar. El status quo durante 50 años no ha promovido la libertad y la democracia en Cuba. Estoy dispuesto a tratar cosas nuevas para romper los viejos patrones.''

El cambio en la actitud hacia México también es palpable. El sabe que los millones de norteamericanos que usan drogas y las armas estadounidenses son, en buena parte, culpables de la narcoviolencia en México. Por eso ''es importante decir que no me has oído criticar al gobierno del presidente [Felipe] Calderón acerca de la violencia allá'', apuntó. ``Al contrario, he reconocido su esfuerzo porque creo que están tomando unos pasos muy valientes y difíciles para enfrentar este problema.''

Y aunque no se quiso comprometer a prohibir el uso de armas de asalto en Estados Unidos --que muchas veces terminan en manos de narcotraficantes mexicanos--, sí propuso una nueva filosofía de responsabilidad compartida: ``Mi actitud es que Estados Unidos y México tienen que ser socios en este proceso.''

No me podía ir sin preguntarle sobre su promesa de campaña de legalizar a millones de indocumentados durante su primer año de gobierno. ¿Cumplirá su palabra a pesar de la actual crisis económica?

''Yo voy, absolutamente, a cumplir mi promesa de buscar una reforma migratoria'', aseguró. Pero dejó claro que las cosas no dependen de él únicamente, sino también del Congreso. ``No puedo garantizar que tendré una ley sobre mi escritorio antes de que termine el año. Pero lo que sí puedo garantizar es que el proceso seguirá adelante.''

¿Suspenderá las redadas hasta que haya una reforma migratoria?

''Como tú sabes, le pedí a Janet Napolitano, la secretaria de Seguridad Nacional, que revise las políticas respecto a las redadas y me van a llegar sus recomendaciones. Sigo creyendo que esto no se puede resolver con redadas'' que están separando a madres de sus hijos.

Ypor último Obama habló de fútbol. Sí. El --que jugó soccer cuando era niño en Indonesia y cuyas hijas también lo han jugado-- quiere que Estados Unidos sea la sede de la Copa del Mundo en el 2018 o 2022. ''Creo que tener aquí la Copa sería algo enorme para este deporte en Estados Unidos'', concluyó. ``Es el evento deportivo más grande del mundo ¿por qué no tenerlo en Estados Unidos?''

Obama ya no quiere que Estados Unidos sea el hermano mayor del continente. Y ahora, al menos en lo que se refiere al fútbol, quiere invitar a todos a jugar a su casa. Pero a pesar de las mejores intenciones de Obama, será difícil olvidar que, en muchos sentidos, Estados Unidos sigue siendo el dueño del balón.

domingo, abril 19, 2009

PERVERSO CABILDEO EN WASHINGTON

Por LIBARDO BOTERO*
Hace apenas unas tres semanas discutió la CIDH de la OEA en Washington la situación de derechos humanos en Colombia. El tema de la para-política fue presentado por la dupla León Valencia-Claudia López, de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI). Repitieron los infundios labrados en un libro de extrema pobreza conceptual que publicaron hace más de un año, agregando ahora a la “silla vacía” la propuesta de liquidar cinco de los siete partidos de la coalición de gobierno. Al día siguiente Claudia López completó su artillería con una columna venenosa en El Tiempo, y después Valencia escribió regocijado por el cabildeo.
En un ensayo que escribí para el libro Parapolítica: verdades y mentiras (Planeta, 2008) refuté de manera detallada y contundente la metodología y contenido del libro de la CNAI. Es indignante que se persista en tesis falsas para desvirtuar el exitoso esfuerzo de desmonte del paramilitarismo realizado por el gobierno. Resumo tres tesis básicas que se siguen lanzando sin vergüenza por los “académicos” de la CNAI.
Afirman hoy como entonces que un tercio del Congreso es de filiación paramilitar. Listaron sin mucho rigor, por ejemplo, 26 senadores en 2002, que sumaban 1.741.857 votos: pero de una votación total de más de 9 millones, ese guarismo no es la tercera sino apenas una sexta parte. No solo eso. La CNAI identificó 223 municipios de influencia paramilitar en ese año, y asómbrense lo que encontré: esos 26 senadores sacaron allí apenas 573.666 sufragios, y más de 1 millón en los otros municipios; mientras tanto, los congresistas “limpios” sacaron en los 223 municipios de marras, 1.096.000 votos, casi el doble de los “sucios”. Y con votación “atípica” de más de 50% en tales municipios, solo encontré 8 de la “lista de la infamia” de 26 senadores, pero sí 12 que no estaban mencionados por Valencia y López, entre ellos conspicuos jefes de la oposición. ¿No están todos los que son? ¿No son todos los que están? ¿O la investigación de la CNAI es un fiasco?
En el libro de la CNAI asevera León Valencia que esa votación fue “un punto muy alto” para la elección de Uribe como presidente en 2002, quien ganó por una cifra “escandalosa” (¡!) de sufragios. Es decir, que Uribe fue elegido por los paramilitares, y que por ende no estaba por desmontarlos sino más bien entronizarlos en el poder, de suerte que el proceso de su desmovilización no fue tal sino el cumplimiento de un pacto. Indagué por los guarismos de marzo 11 de 2002 y hallé que Uribe perdió las elecciones al Congreso: sacó solo 28 senadores de 102. Reconstruí la lista de elegidos, por candidatos presidenciales, con nuevo hallazgo asombroso: la mayoría de los señalados hoy por la parapolítica no estaban con Uribe por esas calendas. Más contundente y paradójico: Uribe ganó en los departamentos de influencia guerrillera (oriente y sur del país) y Serpa en los de gran presencia paramilitar (como el caso de la Costa). ¿Uribe elegido por los paramilitares?
Por último: para la CNAI no hay desmonte paramilitar. Valencia afirmó hace poco que estaban en completo rearme y crecimiento. López escribió hace poco que tampoco se “desmovilizó la estructura política”. Cínicamente asevera que el cometido de Luis Carlos Restrepo es ensamblar el “parauribismo” con algunos votos de opinión, para mantener los criminales al mando del Estado en 2010. Más de 30.000 desmovilizados, 17.000 armas entregadas, cerca de 2.000 encausados por distintos delitos, más de una docena extraditados, centenas de servidores públicos enjuiciados (congresistas, gobernadores, alcaldes, concejales, etc.), entre otros resultados… ¡dizque son solo una patraña para esconder un acuerdo secreto! ¿Cuál? Antes dijeron que el compromiso era que no extraditaran los jefes. Ahora han virado a señalar que los extraditaron para que no denuncien ni reparen a las víctimas. ¿Mañana qué dirán? Cualquier cosa, porque dentro de esa lógica perversa todo vale, como quedó ratificado en Washington.
* Economista. Analista e investigador del Centro de Pensamiento Primero Colombia (CPPC).